¿Qué tan Circular es tu Empresa? 5 Claves para Dejar de Suponer y Empezar a Medir
Este artículo va más allá de la narrativa y se enfoca en algo esencial: la medición basada en evidencia. Si tu empresa quiere avanzar en sostenibilidad, es momento de dejar las suposiciones y comenzar a medir.
1. Circularidad ≠ Reciclaje
Uno de los errores más comunes en las organizaciones es asumir que reciclar residuos o transformarlos en otro producto automáticamente las convierte en circulares. La economía circular va mucho más allá:
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¿Se están eliminando o reduciendo los residuos desde el diseño?
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¿Se cierran los ciclos de agua, energía y materiales?
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¿Se mantiene el valor de los recursos el mayor tiempo posible?
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¿Se incorporan modelos de negocio regenerativos o de servicios?
👉 Una empresa puede estar reutilizando residuos y, aun así, ser altamente ineficiente o incluso contaminante en otras fases del proceso.
2. La importancia de los indicadores de circularidad
Lo que no se mide, no se puede mejorar.
Evaluar cuán circular es una organización requiere aplicar indicadores técnicos y estratégicos, por ejemplo:
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Porcentaje de materiales de origen reciclado o renovable
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Tasa de residuos valorizados vs. descartados
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Índice de recirculación de agua
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Porcentaje de energía renovable en el proceso
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Valor económico generado por unidad de recurso consumido
📊 Estos datos permiten tomar decisiones informadas para reducir pérdidas, rediseñar procesos y crear nuevos modelos de negocio más sostenibles.
3. La trampa del “aprovechamiento energético”
Muchas empresas que trabajan con residuos plásticos o industriales han optado por convertirlos en combustibles alternativos (por ejemplo, mediante pirolisis). Aunque esta opción puede sonar circular, no siempre lo es.
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¿Se evalúan los residuos generados durante la transformación?
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¿Se mide la eficiencia del proceso frente al valor energético obtenido? es decir la cantidad de energía útil que se recupera al transformar el residuo. ¿Se analiza si esa energía compensa los recursos utilizados en el proceso?
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¿Se compara el impacto con otras opciones de valorización (reuso, rediseño, reciclaje mecánico)?
⚠️ En muchos casos, el “aprovechamiento energético” termina siendo una solución de baja eficiencia y alto impacto si no se optimiza todo el sistema.
4. Circularidad y eficiencia van de la mano
Una empresa circular también debe ser eficiente. Eso implica:
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Reducir al mínimo el desperdicio en todas las fases de producción
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Cerrar ciclos de agua y energía
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Diseñar para facilitar el mantenimiento, la reparación y la reutilización
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Utilizar indicadores financieros y ambientales integrados
🔁 La economía circular no es solo una estrategia ambiental, también es una herramienta para mejorar la rentabilidad, la resiliencia y la reputación empresarial.
5. Consultorías que convierten datos en decisiones
Uno de los mayores beneficios de aplicar una consultoría en economía circular es contar con herramientas de diagnóstico que permitan ver más allá del discurso. En el portafolio de servicios de DiEco-Hub ofrecemos esta consultoría en la que analizamos cada eslabón de la cadena para:
- Identificar oportunidades de mejora
- Reducir pérdidas materiales
- Optimizar procesos para obtener mayor retorno con menos recursos
- Diseñar estrategias circulares adaptadas al contexto de tu empresa
Conclusión: ¿Tu empresa está generando valor circular real?
Si te estás haciendo esta pregunta, estás en el camino correcto. Medir, analizar y rediseñar es la única manera de transitar de la intención a la acción.
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