¿Por qué Rediseñar un Empaque Puede Transformar su Impacto Ambiental?
¿Cuál es el verdadero problema con los empaques actuales?
Muchos de los empaques que usamos a diario están compuestos por materiales multicapa: combinaciones de papel, plástico y aluminio que, aunque funcionales para proteger el contenido, dificultan o imposibilitan el reciclaje posterior. Estos materiales fusionados no pueden separarse fácilmente sin maquinaria costosa o procesos energéticamente intensivos que no están disponibles en la mayoría de países latinoamericanos.
Según la Fundación Ellen MacArthur, solo el 14% del plástico utilizado en empaques se recolecta para reciclaje, y solo el 2% se recicla de forma efectiva en un ciclo cerrado. Esto significa que la mayoría termina como residuo, contaminando suelos, cuerpos de agua y afectando la biodiversidad.
¿Qué significa realmente ecodiseñar un empaque?
Ecodiseñar no es simplemente cambiar el material o reducir el tamaño del empaque. Es repensar el producto desde su concepción hasta su fin de vida útil, tomando en cuenta criterios ambientales, sociales y económicos a lo largo de todo su ciclo de vida.
Un rediseño bien hecho puede lograr:
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Reducción significativa de materiales innecesarios.
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Uso de opciones compostables, reciclables o reutilizables.
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Optimización de la logística de distribución.
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Mejora en la comunicación del valor ambiental hacia el consumidor.
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Disminución de la huella de carbono.
Pero también implica algo crucial: medir ese impacto y generar estrategias que se puedan mejorar con el tiempo.
¿Y esto cómo se relaciona con la economía circular?
La economía circular no es solo “reciclar más”. Es un modelo que busca cerrar los ciclos de los productos y materiales, mantener su valor en uso durante el mayor tiempo posible y evitar que se conviertan en residuos innecesarios.
En el caso de los empaques, esto se traduce en:
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Pensar en el segundo uso del empaque (¿se puede reutilizar?).
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Facilitar su separación para reciclaje (¿los materiales están claramente identificados?).
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Usar insumos biodegradables o fácilmente compostables.
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Informar al consumidor sobre cómo disponer del empaque correctamente.
Un buen empaque circular no solo protege el producto, también protege el planeta.
¿Por qué debería importarle esto a un emprendedor o empresa?
Porque el empaque es la primera impresión que das como marca. Un consumidor consciente notará si estás tomando decisiones sostenibles o no. Pero además:
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Reduce costos a largo plazo. Menos materiales, menos transporte, menos reprocesos.
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Cumple con normativas emergentes. Muchos países están avanzando en legislaciones que prohíben plásticos de un solo uso o exigen empaques reciclables.
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Fortalece la reputación de marca. Un producto bien diseñado y comunicado genera más fidelidad y confianza.
Y lo más importante: te prepara para el futuro. Un futuro donde las cadenas de valor serán evaluadas por su desempeño ambiental y social.
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